Los Philadelphia Eagles vencieron a los San Francisco 49ers 31-7 y consiguieron su boleto al Super Bowl, primero desde 2017, cuando se coronaron al vencer 41-33 a los New England Patriots. Además alcanzaron la cuarta participación del equipo en el grn evento.
En la primera serie de Eagles, tras una controversial atrapada de DeVonta Smith en cuarta oportunidad que pareció por momentos no lograr la recepción, fue dada por buena y Miles Sanders abrió la cuenta con un acarreo anotador.
Hasson Redick empezó su partidazo al capturar a Brock Purdy en la primera serie de 49ers, haciéndolo soltar el balón y siendo recuperado por Linval Joseph, y no solo eso, Purdy salió lastimado del codo derecho en la jugada en lo que pareció ser una hiperextensión.
La defensiva de 49ers dio un pase al frente y pareció limitar a Eagles, y la ofensiva con Josh Johnson tomó ritmo por Christian McCaffrey, que en un tremendo acarreo de 23 yardas llegó a las diagonales para empatar las acciones. El mazazo despertó a Eagles, que con acarreos, una gran labor de la línea ofensiva y en particular del centro Jason Kelce, y aprovechando los castigos de la defensa rival, coronó una serie bien llevada en una anotación terrestre de Sanders para retomar la ventaja.
Apenas había empezado la serie cuando Johnson soltó el balón dentro de su yarda 30 tras un mal centro, el cual fue recuperado por Reddick y 3 jugadas después acabó con Boston Scott poniendo otros 7 puntos en el marcador para irse al descanso con ventaja de 21-7.
Para colmo de males Johnson salió tras un golpe en la cabeza, por lo que Purdy debió volver al partido, pero su aporte ofensivo fue nulo y Hurts remató al final del tercer cuarto con un acarreo anotador, el cuarto por esta vía de la tarde, en una serie marcada por los castigos de una exhausta y frustrada defensa de 49ers. Este fue el touchdown 15 por tierra de Hurts en la campaña (incluyendo postemporada), mayor cantidad en una sola campaña para un quarterback en la historia de la NFL.
Ya con el partido decidido Jake Elliott anotó un gol de campo para poner el 31-7 definitivo, una tángana entre ambos equipos acabó en la expulsión de tackle ofensivo de 49ers Trent Williams y el safety K´Von Wallace, además Reed Blankenship le robó un balón a Deebo Samuel para sellar la pieza maestra de la defensa de Eagles.
Las 148 yardas y 4 anotaciones terrestres de los Eagles, una línea ofensiva que controló a un front seven dominante y estuvo infalible todo el partido, junto a las apenas 164 yardas totales permitidas por su defensa, 3 caputas, 3 robos de balón y limitar a solo 7 puntos a una gran ofensiva sellaron una actuación de ensueño.
Unos Eagles que vuelven al Super Bowl con un equipo totalmente cambiado, donde solo vuelven 5 jugadores (Jason Kelce, Lane Johnson y Brandon Graham, Fletcher Cox y Jake Elliott) en comparación al equipo que ganó el campeonato en 2017, ahora con un entrenador joven en Nick Siriani y un quarterback como Jalen Hurts, una amenaza por tierra y por aire, dominando de punta a punta la temporada y ahora se coloca a un juego del segundo título en la historia de la franquicia.
Mientras que por 49ers, Christian McCaffrey tuvo 106 de las 164 yardas de la ofensiva 49ers y fue lo único destacable para un equipo que hoy fue ampliamente inoperante y que fue dominado, terminando de triste manera una campaña impresionante y donde tuvieron que recurrir a 4 quarterbacks por diversas lesiones.
