Inicio BÉISBOL INTERNACIONAL Mattingly tendrá nueva oportunidad de ingresar al Salón de la Fama

Mattingly tendrá nueva oportunidad de ingresar al Salón de la Fama

Mattingly aun con problema de espalda acabó con promedio de .307.
Mattingly aun con problema de espalda acabó con promedio de .307.

Los 16 miembros del Comité de la Era Contemporánea del Béisbol se reunirán hoy domingo en San Diego para considerar las candidaturas del Salón de la Fama, donde están varios jugadores legendarios que no fueron elegidos cuando estuvieron en la boleta de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica (BBWAA, por sus siglas en inglés).

Los candidatos de este año, por orden alfabético, son los siguientes: Albert Belle, Barry Bonds, Roger Clemens, Don Mattingly, Fred McGriff, Dale Murphy, el cubano Rafael Palmeiro y Curt Schilling. Todos sus casos han sido evaluados en el pasado, aunque los de Bonds y Clemens han sido los más apasionados. Pero volverán a estar bajo escrutinio durante el fin de semana por exjugadores, directivos, historiadores y miembros de la prensa, que conforman el comité.

Pero no hablaremos de todos aquí. Esto se trata de Donald Arthur Mattingly, proveniente de Evansville, Indiana, quien pertenece al Salón de la Fama.

El otro día le pregunté si soñaba con la posibilidad de recibir el mínimo de 12 votos para ingresar a Cooperstown.

“Absolutamente, en silencio”.

Y esto fue lo que dijo su último manager en el béisbol, Buck Showalter, sobre la candidatura de Mattingly.

“Donnie es todo lo que representa el Salón de la Fama. Todo el que lo vio jugar sabe que estaría ahí si su espalda no le hubiese fallado”.

Eso es parte de la historia de Mattingly y del resto del béisbol, entre la década de los 80 y 90. Finalmente se retiró tras su primera participación en la postemporada en 1995, una memorable Serie Divisional de la Liga Americana de los Yankees ante los Marineros. Mattingly se enfrentó a tres futuros miembros del Salón de la Fama – Randy Johnson, Ken Griffey Jr. y Edgar Martínez – y estuvo a la altura de todos ellos.

Mattingly conectó 10 imparables en la serie, para un promedio de .417, dio un jonrón, empujó seis carreras y tuvo OPS de 1.148. Luego, le dijo a Showalter en el viaje de vuelta a Nueva York que se retiraría, a sus 34 años. Para entonces, ya había ganado un Premio a Jugador Más Valioso (1985), un título de bateo (1984) y, en 1986, fue seleccionado como el mejor jugador del deporte, en una encuesta realizada en cada cueva de las Mayores por el New York Times.

Hay muchos jugadores en Cooperstown que no se acercan a lo logrado por Mattingly.

Nadie está sugiriendo que Mattingly fuera una potencia ofensiva y uno de los mejores inicialistas de la historia (“Hizo todas las jugadas, tenía imaginación y tenía uno de los mejores brazos del béisbol desde esa posición”, dijo Showalter) como lo fue Sandy Koufax como lanzador. Pero Koufax está en el salón de la Fama por seis grandes temporadas que tuvo con los Dodgers. En sus últimas cuatro extraordinarias campañas, ganó 97 encuentros y perdió 27, lanzando tres de sus cuatro partidos sin hits y un juego perfecto. Además, completó 89 encuentros entre 1963 y 1966, además de ponchar a casi 400 rivales en 1965.

Todo eso fue antes de la lesión, artritis en el codo de lanzar, que acortó su carrera y lo llevó a retirarse a los 30 años. Koufax terminó con 165 victorias y de igual manera fue exaltado al Salón de la Fama, lo que significa que no fue penalizado por sus problemas físicos.

Mattingly tampoco debería serlo.

 

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