En los peores momentos aparecen los mejores jugadores. Y cuando el Real Madrid transitó por la duda, Vinicius Bellingham comandaron la respuesta del campeón en Bérgamo, donde dieron un paso adelante para sacar al equipo del borde del abismo en la Champions League con dos goles separados por apenas tres minutos que solventaron el complejo desafío del Atalanta de Gian Piero Gasperini, que rozó en la última jugada el gol del empate.

El equipo blanco se impuso 2-3 de visita en Bérgamo con sufrimiento incluido para sumar 9 puntos y mantenerse con vida en la máxima competición europea.

La estadística marcó la previa. Los números del Atalanta eran estratosféricos. No perdía desde septiembre, líder de la Serie A, invicto en ‘Champions’… Retegui rozó el gol de la épica en la última jugada. Pero cuando el Real Madrid se pone delante, hay que matar dos veces. Mbappé avisó con su gol de que el Real Madrid tenía los argumentos. Vinicius y Bellingham certificaron y mostraron a Europa que el campeón está muy vivo.

Y eso que por un momento el Real Madrid volvió a ver fantasmas. Mbappé se lesionó en el minuto 35. El empate de la ‘Dea’ al borde del descanso amenazó con remontada… Todo lo que hicieron bien los de Ancelotti en la primera parte, especialmente en los primeros 20 minutos, se fue al traste en el último suspiro.

Por fin se vio un Real Madrid reconocible, uno que estuvo a la altura de lo que se espera del campeón de campeones. Un equipo bien plantado, con una idea clara, con la portería como objetivo y utilizando todas sus armas a disposición de manera útil.

Fundamental en este sentido, claro, Vinicius. El brasileño puede jugar mejor o peor, pero atrae rivales. Genera espacios. Su mera presencia compromete el planteamiento del rival. Y si Brahim saca su mejor fútbol para volver loca a la defensa por el otro perfil, el cóctel es muy potente.

El buen inicio del Real Madrid le permitió redimirse apenas ocho minutos después. Vini, Brahim y él fueron los protagonistas. Movimiento en una baldosa. Un pase filtrado del marroquí y Mbappé definió como el ‘killer’ que se espera de él. Potente. Certero. Dentro. Un golazo para silenciar el ruidoso Gewiss Stadium, emocionado con el nivel de su equipo.

Intentó responder el Atalanta. No podía ser otro que Lookman. Pero su ataque, su disparo, se volvió en su contra. Porque el Real Madrid salió disparado a la contra. Mbappé con espacio otra vez. Pero definió directamente a Carnescchi. Fueron los mejores momentos de los de Carlo Ancelotti.

Creció desde ese punto el combinado de Gasperini. Mucha personalidad, muy buena salida de balón para hacer cada vez más daño hasta que obtuvo una recompensa casi inesperada. No porque no lo mereciera, sino por la forma en la que llegó. Porque cuando el Real Madrid rozó el segundo tras un remate de Rüdiger a pase de Bellingham, fue Kolasinac, un central, el que se coló en el área con todo de cara. Tchouameni rozó al bosnio por detrás, causando la zancadilla. Penalti.

De Ketelaere tomó la responsabilidad. Y no falló. Lo puso en la escuadra derecha, cruzando con su zurda, engañando a Courtois. El partido volvió a empezar. El Real Madrid, con más dudas y sin Mbappe; la ‘Dea’, con más fuerza, con más convencimiento.

Casi sin tiempo para celebrar, el Real Madrid aumentó la distancia. Aprovechó la desazón de la ‘Dea’ y, con una delicia de Bellingham, puso el 1-3. Dejó el inglés sentado a su par y, también con la izquierda, superó a Carnescchi.

Pareció sentenciar el conjunto blanco. Sin embargo, un disparo de Lookman cruzado y al palo corto de Courtois puso el 2-3 en el 65. Amenazó la ‘Dea’ entonces. Le tocó resistir al Madrid, que acabó con tres centrales tras la entrada de Asencio. Courtois sacó dos manos abajo para mantener el resultado. Retegui falló a puerta vacía en la última. Y el Real Madrid, pese a todo, no dejó escapar un partido decisivo. Respira. Y está muy vivo.

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