
Kylian Mbappé llevó ante la Liga de Fútbol Profesional de Francia (LFP) y ante la UEFA la disputa que lo enfrenta desde hace meses a París Saint-Germain, al que reclama el pago de una prima y tres meses de salarios por un total de cerca de 55 millones de euros brutos, según Le Monde.
Primero el 8 de agosto, Mbappé comunicó su reclamo a la comisión jurídica de la LFP amparándose en un artículo de la Carta de Fútbol Profesional que estipula que los clubes deben pagar a los jugadores como más tarde el último día de cada mes, explicó el diario este martes.
Esa comisión jurídica es competente, cuando constata un impago a un jugador por un equipo francés, para prohibirle cualquier nueva incorporación hasta que regularice la situación.
El 13 de agosto, la nueva estrella de Real Madrid (que finalizó su contrato con PSG en junio) envió un correo a la Federación Francesa de Fútbol para que informara del contencioso a la UEFA, que es la instancia de referencia en Europa.
La carta fue dirigida en concreto a la comisión de la UEFA encargada de atribuir la licencia a los clubes que disputan competiciones europeas, como la UEFA Champions League, y también de verificar que respetaron las reglas financieras, en particular si están al día de los pagos.
Los equipos deben demostrar para obtener la licencia europea, en el caso de Francia ante la Dirección Nacional del Control de Gestión, que a fecha del 31 de marzo no tenían retrasos en los pagos con su personal.
También a intervalos regulares que siguen cumpliendo, a riesgo de perder ese permiso, lo que potencialmente le podría ocurrir a PSG para la temporada 2024-2025.
El litigio comenzó hace ya más de un año, cuando a mediados de 2023 Mbappé comunicó al equipo de la capital francesa que no quería activar la cláusula para prolongar su contrato más allá de junio de 2024, lo que disparó las especulaciones sobre un posible acuerdo con Real Madrid.
La dirección de PSG respondió con lo que todos interpretaron como un castigo al excluir al delantero de los entrenamientos con el resto de los jugadores destinados a jugar y relegarlo al grupo de los que debían irse.
Las dos partes salieron de esa situación de bloqueo después de que Mbappé concediera que el club no saldría perdiendo económicamente si dejaba PSG y que para eso estaba dispuesto a renunciar a una prima de fidelidad.
Para el delantero francés, esa renuncia implicaba su reintegración en el grupo, pero estima que desde que a mediados de febrero informó al presidente, Nasser Al Khelaïfi, que dejaría el club francés, se le hizo una especie de vacío y se le redujo el volumen de juego.