Los Dallas Mavericks aplastaron 122-84 a Boston Celtics para evitar la barrida y poner las Finales de la NBA 3-1, todavía con la meta improbable de remontar la serie, pero al menos salvándose de la eliminación frente a su público que abarrotó el American Airlines Center, y no permitir que los Celtics se coronaran por decimoctava ocasión en su historia.
Los Mavs nuevamente salieron inspirados frente a su gente para sacar el triunfo, pero esta vez pudieron mantener el buen rendimiento, y parecían resolver el partido en la primera mitad, ya que se fueron al descanso con ventaja de 26 puntos y no le bajaron el pie del acelerador.
El equipo estuvo guiado por su estrella Luka Dončić, quien finalizó con 29 puntos, pero contaron con un protagonista inesperado y Derek Lively II acabó con 11 tantos y 12 rebotes, 7 de esos fueron ofensivos, con un dominio en la pintura en ambas partes de la duela, ya que sumaron 60 puntos en la pintura, por 26 de los Celtics, y dominaron los tableros ofensivos 13-4.
La única asignatura a mejorar es el apartado de tiros libres, ya que los locales anotaron 15 de 22 disparos de la línea para un 68.2% de acierto (Celtics anotaron 12 de 13 en tiros libres)
El triunfo de los Mavericks por 38 unidades es la tercera victoria más amplia en la historia de las Finales de la NBA, y podría ser un impulso más que necesario para ahora viajar a Boston para el Juego 5, con la misión de poder ganar y regresar la serie a Dallas para el Juego 6.
Los Celtics fueron liderados por 15 puntos de Jayson Tatum en una actuación para olvidar, lejos de la dominante versión del resto de la temporada y por momentos parecieron conformarse con tomar el 3-1.
Ahora a esperar el lunes al partido 5 en el TD Garden, para cerrar la serie frente a su gente, con la buena noticia de recuperar a Kristaps Porziņģis, de hecho el letón estuvo disponible pero por decisión del coach Joe Mazzula, fue el único que no jugó el viernes, y de cara al Juego 5 puede fortalecer el juego interior de los Celtics.
