Ocasionalmente, los jugadores de béisbol, como grupo, no aprecian o valoran debidamente las acciones de otros beisbolistas.

No obstante, cuando se trata de esa leyenda que no para de crecer llamada Albert Pujols, compañeros y otras personalidades del juego se convierten casi instantáneamente en fanáticos, y sus elogios para con el dominicano no podrían ser más efusivos.

El outfielder de los Cardenales, Dylan Carlson, quien creció idolatrando a Pujols, dijo que algún día le contará a sus teóricos hijos y nietos que su casillero estaba a seis puestos de quien bien podría ser el mejor bateador derecho de todos los tiempos.

Compañeros de equipo de Juan Yépez se burlan de él por seguir a Pujols como un cachorro perdido, cosa que al novato venezolano no le importa en lo más mínimo.

Miles Mikolas se maravilla todos los días con lo hecho por Pujols, y luego se da cuenta que el grandioso jugador dominicano ha estado jugando a este nivel desde que Mikolas estaba en la escuela.

“Hay muchachos en el dugout que puedes ver lo emocionados que están. Es una carrera demasiado especial, y ver que lo siga haciendo, es increíble”, dijo Mikolas después de que Pujols dio los jonrones 688 y 689 de su carrera la noche del domingo durante la victoria 6-3de los Cardenales sobre los Cerveceros en Busch Stadium, aumentando a 1.5 juegos la ventaja del club sobre Milwaukee en el frente de la División Central de la Liga Nacional.

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