
Con lo justo y favorecido por un autogol del arquero Weverton en los minutos finales, Chelsea clasificó a la semifinal del Mundial de Clubes al vencer 2-1 al Palmeiras este viernes en Filadelfia.
Los Blues, dirigidos por el italiano Enzo Maresca, arruinaron el sueño de una semifinal brasileña y pugnarán el martes con el Fluminense de Rio de Janeiro por el pase a la final del 13 de julio.
El mediocampista Cole Palmer abrió la cuenta para los londinenses pasado el primer cuarto de hora (16′) en el Lincoln Financial Field, pero Estêvão hirió a su futuro equipo con un golazo al comienzo de la segunda parte (53′).
Cuando todo hacía creer que el partido se iría al tiempo extra, una jugada desafortunada de Weverton (83′) dio el boleto a semis a los campeones de la Conference League.
La eliminación en cuartos de final es la triste despedida de Estêvão, la perla brasileña de 18 años, que en breve se unirá al Chelsea, que pagará más de 60 millones de dólares por su pase, incluidos bonos.
Palmer revienta el cerrojo
Con el nido de los Philadelphia Eagles prácticamente lleno (65.782 espectadores), y pirotecnia de fondo en celebración del Día de Independencia de Estados Unidos, brasileños e ingleses protagonizaron un juego muy táctico.
Sin tres de sus cuatro defensores titulares, Abel Ferreira confió en los centrales Bruno Fuchs y Micael y en el lateral Vanderlan para frenar a la ofensiva londinende liderada por Liam Delap y Pedro Neto.
El extremo portugués, una de las figuras de los Blues en Estados Unidos, finalmente jugó el partido a pesar del impacto de la muerte de su amigo y compatriota Diogo Jota, atacante del Liverpool fallecido en un accidente vial el jueves en España.
Delap fue clave para tumbar el cerrojo palmeirense al arrastrar la marca de Fuchs para abrirle espacio a Palmer en su ingreso al área, en cuyo trayecto el creativo eludió a dos defensores antes de desenfundar un zurdazo hacia el rincón inferior derecho de Weverton.
Los paulistas, campeones de dos de las cinco últimas Copas Libertadores (2020 y 2021), sintieron el golpe y apenas se recuperaron al final del encuentro, cuando Estêvão se sintió más libre y empezó a atormentarle la noche, con velocidad y desequilibrio, al lateral español Marc Cucurella.