Los Philadelphia Eagles se proclamaron como campeones del Super Bowl LIX tras aplastar 40-22 a los Kansas City Chiefs, logrando su segundo título de Super Bowl y evitando el “Three-Peat” de la dinastía de los Chiefs, tomando revancha de su derrota ante el mismo equipo dos años atrás.
Los Eagles fueron una aplanadora todo el partido, con un juego terrestre destructor, un Jalen Hurts que salvo una intercepción en la yarda 2 de Chiefs, fue casi perfecto en sus envíos, logrando anotaciones por aire y por tierra en la primera mitad, apoyado por el frente defensivo de los Eagles que dominó y con 2 intercepciones en el segundo cuarto, una de Cooper DeJean y de Zach Baun, sacando 2 anotaciones de estas (la intercepción de DeJean fue devuelta a la zona de anotación), yéndose al descanso con ventaja de 24-0.
En la segunda mitad no le bajaron el pie del acelerador, con un gol de campo de Jake Elliott tras una larga serie, luego la defensa detuvo en mediocampo a los Chiefs en una cuarta oportunidad y Hurts sacó un bombazo a DeVonta Smith para sentenciar el duelo en un 34-0 parcial a 2 minutos de finalizar el tercer cuarto.
De allí por delante bajaron el ritmo y a pesar de permitir 3 pases de anotación de Mahomes, que sólo maquillaron el marcador, ya estaba todo sentenciado y lograron categóricamente el Trofeo Vince Lombardi.
Hurts fue nombrado el Jugador Más Valioso del partido, al completar 17 de 22 pases para 221 yardas, con 2 anotaciones y 1 intercepción, además de 11 acarreos para 72 yardas (mayor cantidad para un quarterback en un Super Bowl) y 1 anotación terrestre.
La defensa fue espectacular, al permitir tan sólo 23 yardas de ofensiva total en la primera mitad, totalizando 3 robos de balón y 6 capturas, 2.5 de Josh Sweat, Jake Elliott anotó sus 4 goles de campo intentando (3 de ellos de 48 yardas o más), y el ataque terrestre sumó 135 yardas, siendo el bastión en el balance del equipo, que corrió un total de 45 veces y lanzaron 23 veces y la ofensiva tuvo posesión del balón por casi 37 minutos (Chiefs por apenas 23).
Saquon Barkley sumó 57 yardas terrestres en 25 acarreos, y 40 yardas aéreas en 6 recepciones, números algo discretos, pero de buen aporte en un año para el recuerdo, el que terminó con 2850 yardas totales desde la línea de golpeo, contando temporada regular y postemporada, una nueva marca para un jugador en una sóla zafra superando las 2762 de Terrell Davis en 1997.

Es el segundo Super Bowl en la historia de Eagles, junto al LII, y este palmarés se le agregan sus 3 títulos (1948, 1949 y 1960) previo a la era Super Bowl, antes de 1966.

Por el lado de los Chiefs, Mahomes completó 21 de 32 pases parva 257 yardas, 3 pases de anotación pero 2 intercepciones, además de sufrir 6 capturas, un balón suelto y estar incesantemente presionado hasta que todo quedó definido.
El pasador llega a 46 pases de anotación en su carrera de postemporada, segunda mayor cantidad en la postemporada, sólo detrás de los 88 de Tom Brady.
El rendimiento de Mahomes y del receptor Xavier Worthy, que sumó 156 yardas en 8 recepciones con 2 de anotación, fue la única buena noticia en la pésima noche de su equipo, que apenas logró 49 yardas por tierra y su defensa fue totalmente aplastada, lejos de los esperado para un conjunto que aspiraba a ser tricampeón
por primera vez en la era Super Bowl y el primer equipo en ganar 3 títulos seguidos desde los Green Bay Packers (1965-1967).

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