
El Barcelona confirmó este domingo contra el Leganés que es un equipo bipolar y cayó por la mínima en casa para ponerse LaLiga al roja vivo.
Tras el triunfo en Dortmund, el equipo de Hansi Flick exhibió su peor versión en Montjuic, en un partido plano donde se vio diez puntos abajo en el marcador desde el principio. Los gigantes catalanes lucharon por reaccionar al tempranero gol de Sergio González y se vieron frustrados por un rival que mantuvo el orden durante todo el encuentro, profundizando así la crisis del equipo azulgrana en La Liga, donde solo ha logrado recopilar cinco puntos de los últimos 18 disponibles.
“Todo depende de nosotros, de si jugamos al 100 por ciento concentrados”, advirtió Flick en la previa, y no se equivocó. Algo debió llamar la atención del entrenador alemán para lanzar la alarma, y el tiempo terminó dándole la razón. El Barcelona pisó el césped de Lluis Companys luciendo letárgico y se enfrentó a un audaz Leganés con ganas de dejar huella. De hecho, los pepineros generaron un susto a los cuatro minutos con un uno contra uno de Munir, que Iñaki Peña detuvo, y también abrieron el marcador tras un córner donde Sergio González anotó sin marca.
Esto fue a pesar de que Flick alineara prácticamente el mismo once de sus grandes noches, con Eric García en la defensa en lugar de Cubarsí. Sin embargo, el inicio no fue el esperado. El Barcelona estuvo tan frío como la noche en las montañas de Montjuic. La situación se complicó aún más después de que Lewandowski desperdiciara una clara ocasión de gol y Lamine Yamal se retorciéra de dolor tras un choque con Neyou. Afortunadamente, el joven extremo pudo continuar, pero el ensordecedor silencio en el Lluis Companys predecía una noche menos placentera de lo esperado.
Y así continuó hasta el descanso. El Barça estuvo constantemente al borde, pero no del todo. Los catalanes reaccionaron, se lanzaron al frente para incluir a los centrales en la construcción, y adelantaron a ambos laterales al campo rival para lanzar un asedio implacable. Marc Casadó, cuya estatura crece con cada encuentro, apareció entre líneas, y las oportunidades comenzaron a acumularse una tras otra. Dani Olmo disparó desviado, dando paso al espectáculo de Dimitrovic. El portero serbio tuvo a los hombres de Flick tirándose del cabello en las gradas con una espectacular parada a un disparo de Raphinha que dio en el palo, seguido de un uno contra uno contra Lewandowski que repelió con su pie antes de llevarlos al vestuario en ventaja.
Luego del descanso, el equipo culé comenzó a apretar la presión, pero se encontró con un rival bien organizado y luchó por crear transiciones, donde el equipo azulgrana había sido más peligroso este año. Con su ataque estático, la producción ofensiva se redujo a centros laterales de Balde y Raphinha que Lewandowski no logró convertir, junto a un disparo con la izquierda de Koundé que navegó cerca de la base del palo defendido por Dimitrovic.
La atmósfera de incertidumbre creció en el Lluis Companys, y Flick no pudo aguantar más, iniciando un carrusel de sustituciones, sorprendiendo a todos al retirar a Lewandowski, Dani Olmo y Lamine Yamal del campo a pesar del desfavorable marcador. Ferran Torres, Fermín y Gavi ingresaron, pero no lograron alterar el rumbo de un partido donde el Barça seguía dándose cabezazos contra una pared. Leganés se mantuvo como un gato sobre su espalda, sufriendo menos de lo esperado ante un rival que se volvió cada vez más predecible a medida que avanzaban los minutos.
Incluso la afluencia de jugadores ofensivos o la introducción de jugadores más móviles no pudo cambiar un guion que se volvió amargo apenas cuatro minutos después del inicio del partido con el gol decisivo de Sergio González. Con esta derrota, el equipo azulgrana solo ha acumulado cinco puntos de sus últimos 18 en La Liga, observando cómo el Atlético lo alcanzó y Real Madrid se puso a un punto del liderato en la liga española.