El pateador de los Buffalo Bills, Tyler Bass, se sentó en el banco con el casco puesto después de un gol de campo fallido de 44 yardas. Mientras el reloj avanzaba, luego de una serie fallida de 6 minutos y 40 segundos llena de oportunidades desperdiciadas, los Kansas City Chiefs continuaron moviendo el balón. Bass puso su casco en sus manos.

Finalmente se acabaron los tiempos muertos y la banca de los Chiefs celebró mientras los fanáticos en las gradas del Highmark Stadium lanzaban bolas de nieve hacia el banco lleno de camisetas rojas.

La temporada 2023 de los Bills terminó nuevamente con una derrota 27-24 ante los Chiefs en la ronda divisional.

La ubicación era diferente (los Bills viajaron a Kansas City para los playoffs dos veces en los últimos años), pero el resultado fue la misma vieja historia.

Mientras Bass salía del campo, el mariscal de campo Josh Allen notó al pateador detrás de él y redujo el paso para ofrecerle una mano y un abrazo, un gesto simbólico del futuro.

El equipo que abandonó el campo ese día se verá diferente cuando los Bills caminen por ese mismo túnel para jugar contra los Arizona Cardinals en la Semana 1 el 8 de septiembre.

Los Bills se dirigen a la temporada 2024 después de una temporada baja de cambios y preparación para el futuro. La tarea es mantenerse lo más competitivo posible y aprovechar el juego de Allen, quien entra en su séptimo año. Buffalo dependerá de su mariscal de campo franquicia para continuar creciendo como líder y de jugadores nuevos y más jóvenes para asumir roles importantes dentro y fuera del campo en un intento de ganar un quinto título divisional consecutivo y construir un equipo para alcanzar su objetivo.

El 6 de marzo marcó un día de cambios para los Bills.

Un día antes de la agencia libre de la NFL, el equipo comenzó a dejar atrás a jugadores veteranos en la franquicia, liberando al cornerback Tre´Davious White, al safety Jordan Poyer y al centro Mitch Morse, además de otros contribuyentes.

Menos de una semana después, el receptor abierto Gabe Davis aceptó los términos con los Jacksonville Jaguars.

El 3 de abril, los Bills cambiaron a Stefon Diggs a los Houston Texans.

Una vez que se calmó el polvo, los Bills se quedaron con dos de los ocho capitanes de equipo de la temporada anterior: Allen y Von Miller. (El excapitán y profundo Micah Hyde continúa contemplando el retiro y ha dicho que solo volverá a jugar para los Bills).

Los cambios marcaron una partida para el entrenador Sean McDermott y el gerente general Brandon Beane: la mayoría de los jugadores que se fueron tuvieron roles importantes en todos o muchos de los siete años de McDermott y Beane con los Bills.

Cada decisión ha sido una combinación de finanzas, desempeño y/o edad. Para la decisión sobre Diggs, quien tiene 30 años, el desempeño del tres veces capitán en cuatro años en Buffalo rompió innumerables récords, pero el intercambio correcto se produjo teniendo en mente el espacio salarial futuro y el capital de draft dada la etapa de la carrera de Diggs.

También existe el deseo de encontrar nuevas formas de hacer las cosas, como dijo Beane en enero. Parte del trabajo durante la temporada baja era “ser sincero, ser real” y encontrar maneras de alcanzar la grandeza, aseguró.

“El cambio no siempre es malo. El cambio puede ser difícil cuando se cuenta con la estabilidad que hemos tenido en algunas de las posiciones”, comentó Beane en abril. “Muchos de esos muchachos eran capitanes, entonces, ¿es eso incómodo? Sí, lo es, pero a veces tu equipo tiene que evolucionar”.

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