
Un gol de Thomas Müller y otro de Leroy Sané le dieron este martes la victoria por 2-1 en un amistoso ante Francia a una Alemania que había llegado al partido en una profunda crisis tras que había llevado a la dirigencia a despedir al seleccionador Hansi Flick.
Era un encuentro para buscar resarcirse, el último había terminado en debacle ante Japón, y el equipo asumió el reto desde el primer momento.
Alemania empezó claramente para mostrar un rostro distinto al de los últimos partidos. Se veía voluntad en los balones divididos. Adelante el equipo comandado por Müller presionaba alto.
El equipo respondió a ese llamado en medio de la crisis y salió al campo concentrado, mostrando intensidad y ya al comienzo se vio disposición de combinar adelante.
Pronto llegó el gol, en el minuto 4. Serge Gnabry y Benjamin Henrichs jugaron de pared por la izquierda, Henrichs ganó la raya de fondo y lanzó un centro atrás que Thomas Müller recibió con el pecho para luego definir de volea con pierna zurda.
El primer cuarto de hora fue claramente de Alemania, que había salido completamente transformada. Gnabry tuvo una buena llegada en el 9 con un remate desviado. En el 15 Müller no alcanzó a conectar con precisión un centro de Florian Wirtz al primer poste.
Después Francia se sacudió de la presión alemana a base de tratar de mantener la pelota en las propias filas con lo que el partido se emparejó. Alemania siguió teniendo momentos, pero los galos buscaban con Coman y Kolo Muani.
El primer remate francés llegó en el 30 cuando Kolo Muani disparó por encima. La primera ocasión en el 38 con un cabezazo de Tchouameni a falta lanzada por Griezmann desde la derecha.
Hacia el final de la primera parte Francia jugaba mejor. Alemania además había perdido a Ilkay Gündogan que salió lesionado en el 25. Pero el excelente primer cuarto de hora alemán que había traído el gol también había generado algo en el público que celebraba con júbilo cada recuperación de pelota.