
El ruso, un día después de ser silbado en la pista central Manolo Santana, ha vuelto a ser abucheado, esta vez en la Arantxa Sánchez Vicario, el segundo estadio en importancia de la Caja Mágica.
Al tenista no le ha gustado que le programaran su partido de octavos de un Masters 1000 en una cancha más pequeña y se ha quejado amargamente al supervisor de la ATP. Argumentaba que no podía realizar su juego por el poco margen entre la línea blanca y los fondos. De hecho, amenazó con no seguir jugando cuando caía por 4-1 en el ‘tie break’ del primer set.
“¿Por qué tengo esta desventaja cuando soy el segundo favorito? No lo entiendo”, se quejaba el ruso.
Medvedev amenazó con dar un raqueta a los aficionados y dio un pelotazo a la valla publicitaria ante los silbidos de los seguidores. Luego les mandó callar con su dedo índice.
Al pupilo de Gilles Cervara, el número uno de la presente temporada con cuatro títulos y 33 partidos ganados, se le atraganta la gira europea de polvo de ladrillo. Su siguiente parada será el TMS de Roma.



