Pentagón Jr. fue el gran ganador de la noche en el Capítulo III de Triplemanía 30 al destapar a una de las leyendas de la lucha Libre, Villano IV, quien reveló el rostro de Tomás Díaz Mendoza, quien tiene 42 años de trayectoria luchística.
En el marco de los 30 años de fundación de AAA, el mayor de los “Luchabrothers” sufrió para ganar la tapa del menor de la Dinastía Imperial, el último enmascarado de los también llamados “Panteras Rosas”, quien vendió cara la derrota ante una de las figuras contemporáneas más reconocidas del pancracio mexicano en el extranjero.
Sin embargo, Pentagón Jr. aprovechó su juventud para aguantar el castigo y equilibrar la balanza, dejando en igualdad de condiciones al miembro de los Mendoza, hasta que, tras varios intentos, una palanca al brazo derecho del Villanofue clave para que éste quedara espaldas planas y la cuenta de tres decretara a Pentagón Jr. como el gran ganador de la Triplemanía 30.
Tras el resultado de la batalla, el “Cero Miedo” se puso de rodillas en el encordado para reconocer la trayectoria de su contrincante, quien lo abrazó y reconoció el triunfo de Penta.
“Te reconozco como un gran luchador, fuiste mejor que yo esta noche, el final de mi carrera deportiva está cerca y me gustaría tener mi última lucha contigo. Te llevas lo más hermoso de mi vida, aparte de mi familia”, señaló el otrora Jaguar Negro.
Agregó: “No sé si lo hice bien o mal, pero cada noche le di mi vida y mi corazón a esta máscara, felicidades Pentagón”.
Por otra parte, Fénix, el menor de los “Luchabrothers”, no pudo despojar del Megacampeonato AAA al Hijo del Vikingo en una batalla épica, que comenzó con llaveo y contrallaveo, pero poco a poco tomó velocidad y vistosos lances característicos de ambos estetas, pero al final, tras una batalla de alarido que arrancó los gritos de “¡Esto es lucha!” por parte de la afición, el Gran Jinete” sacó la casta para retener su cinturón ante un gran rival como lo fue “El Mexa King”.
Tras el enfrentamiento, Fénix reconoció la calidad de su rival con una reverencia en el centro del hexadrilátero, a lo que Vikingo agradeció y también rindió pleitesías a su contrincante; cabe señalar que un sector del público de ring side premió a los gladiadores lanzándoles dinero, como muestra de la gran demostración que brindaron.
